
Cómo elegir la silla de trabajo adecuada para tu salón
El lavacabezas suele considerarse el mueble más importante de un salón. Sin embargo, si lo piensas bien, los clientes suelen pasar más tiempo sentados en una silla de trabajo. Elegir la silla adecuada no se trata solo de estilo: se trata de encontrar el equilibrio entre comodidad, ergonomía, practicidad y diseño.
La comodidad del cliente es fundamental. Una silla con las proporciones correctas, buen acolchado y un respaldo confortable ayuda a que el cliente se relaje durante toda la cita. Los reposabrazos aumentan la sensación de bienestar y permiten cambiar de posición con facilidad. La temperatura también influye: una silla más cerrada retiene el calor, mientras que una abierta resulta más fresca. Ten en cuenta el clima y el ambiente de tu salón: ¿mantienes la temperatura alta o baja?, ¿estás en una zona cálida o fría? Todo ello influye en la experiencia del cliente.
Para el peluquero, la silla es una herramienta de trabajo. Una base giratoria suave ofrece libertad de movimiento alrededor del cliente, mientras que la regulación hidráulica de altura es esencial para trabajar al nivel correcto. Poder subir o bajar la silla fácilmente reduce la tensión en la espalda y los hombros y ayuda a conservar energía. Revisa siempre el rango de altura: se puede cambiar la bomba si el rango estándar no se ajusta a tus necesidades. El freno en la base es otra característica valiosa, ya que permite bloquear la posición del cliente cuando sea necesario. Igualmente importante es la posición del cliente en la silla. Un buen diseño lo mantiene erguido y centrado, lo que facilita el acceso al cabello. La altura del respaldo también cuenta: demasiado alto puede dificultar el acceso, demasiado bajo puede restar soporte. Un cliente bien sentado facilita el trabajo del estilista, evitando estiramientos o ajustes innecesarios.
También son importantes las consideraciones prácticas. El peso debe ser equilibrado: lo bastante pesado para garantizar estabilidad y seguridad, pero lo suficientemente ligero para moverlo durante la limpieza o reorganización. El diseño de la base –redonda, cuadrada o en estrella– influye tanto en la estabilidad como en la integración en el espacio. La facilidad de limpieza también depende de la forma de la silla. Las líneas simples facilitan el mantenimiento, mientras que los huecos entre el asiento y el respaldo o debajo de los reposabrazos permiten retirar el cabello con mayor facilidad. Estos detalles ahorran tiempo cada día y mantienen el salón más limpio.
La elección del color es más importante de lo que parece. El tono de la silla forma parte de la identidad del salón. Los tonos neutros transmiten una imagen atemporal y profesional, mientras que los colores vivos aportan personalidad y carácter. Los tonos oscuros requieren menos mantenimiento, mientras que los claros iluminan el espacio pero necesitan más limpieza. Un buen tapizado prolonga la vida útil y las fundas protectoras pueden ser útiles, especialmente en salones con mucho movimiento.
En definitiva, la silla de trabajo es mucho más que un asiento. Es una herramienta que apoya la creatividad del estilista, define la experiencia del cliente y refleja la identidad del salón. Prestar atención al confort, la ergonomía, la practicidad y el diseño no es solo comprar un mueble: es una inversión en la calidad y reputación de tu salón.